22 ago 2010

Más fácil es no pensar: El caso Lori Berenson


Foto: www.terra.com.pe

Dos circunstancias, a primera vista contradictorias, han caracterizado el retorno de Lori Berenson a prisión esta semana. Por un lado, el Poder Judicial ha sustentado este nuevo encarcelamiento usando una minucia técnica: que la jueza que otorgó libertad condicional a Berenson no verificó adecuadamente el domicilio donde esta iba a residir, por lo cual queda nula la orden de libertad. Por otro lado, el regreso de Berenson a la cárcel es producto de una campaña propagandística casi constante en su contra, por parte de los medios de comunicación, los congresistas, el gobierno, y otros poderes.

Una campaña que, lamentablemente, ha logrado convencer a buena parte de la población que Berenson es algo así como una gran dirigente terrorista, asesina de muchos y enemiga del Perú. Las acusaciones con frecuencia carecen de mucha especificidad, como suele suceder con las mentiras, pero no por eso dejan de rayar en lo absurdo, pintando a la acusada casi como un Abimael Guzmán en pequeño – o para los políticos y periodistas más histéricos, no tan pequeño.

En medio de toda esta payasada, lo que se va perdiendo es no solo la dignidad nacional sino también nuestra habilidad de mantener alguna noción de la diferencia entre lo cierto y lo falso. Que fácil es hablar y hablar cuando todo se vuelve una bruma, cuando no nos interesa distinguir entre alguien que simpatizó y colaboró en algún momento, y un dirigente o un asesino, ni distinguir entre dos grupos subversivos que en realidad fueron muy distintos. Claro, terrorista es terrorista, todo es igual, todo es cierto, todo es falso.

No conozco a Lori Berenson ni soy simpatizante del MRTA. Tampoco considero que la Sra. Berenson es una santa ni que su pasado esté completamente libre de toda acción ilegal. Cual debió haber sido la longitud exacta de su condena original, ese es un tema aparte. Pero sea como sea, ya ha pasado más de 14 años y medio en prisión. Bajo cualquier criterio imaginable, esto ya es un castigo excesivo para lo que ella cometió (al respecto, ver abajo). Nuestras autoridades y supuestos líderes de opinión, y muchos de nosotros, parecemos haber olvidado que el castigo debe ser proporcional al crimen.

Me remito a dos hechos:

1. Lori Berenson no fue dirigente del MRTA ni mató a nadie. Si parece haber tenido simpatías por el MRTA, como por los movimientos izquierdistas de centroamérica, y a través de amistades conocidas en dicha región, llegó al Perú. A través de las mismas amistades, asistió al MRTA alquilando una casa que fue utilizada por dicha organización. Ella reconoce esto. También se le acusa de haber participado en una misión de reconocimiento en preparación para una posible toma del Congreso por parte del MRTA. Ella niega haber sabido de dicho plan; aún si fuese cierta la acusación, no cambia el hecho que Berenson fue brevemente una colaboradora del MRTA, no una dirigente ni alguien que llegara a participar en acciones armadas. Tampoco se puede decir que fuese alguien que diera órdenes a otros, violentas o no. Fue una simpatizante de izquierda con poco conocimiento del Perú, que evidentemente tenía una visión política que permitía la lucha armada como una entre varias estrategias posibles para acabar con las injusticias. Una opinión que era compartida por mucha gente en esa época. Uno puedo criticar y hasta condenar esa visión, pero ¿20 años en prisión? ¿Que no salga nunca, como ha dicho una congresista?

2. El MRTA no es Sendero Luminoso. Aquí es donde la gente salta. “Los terrucos son todos iguales.” Comprendo que para el familiar de, por ejemplo, un policía caído en esa época, poco le importará si fue víctima de uno o de otro grupo. Tampoco le importará si el que le disparó era alto o bajo, flaco o gordo. Pero no por eso los hechos dejan de ser los hechos.

El Movimiento Revolucionario Túpac Amaru, el más pequeño de los dos grupos armados enfrentados con el estado peruano en los 80s y 90s, era distinto a Sendero en origen, ideología y tácticas. El MRTA tiene sus orígenes en la guerrilla del 65 (que a su vez surgió del Apra Rebelde, separado del aprismo en 1959), en grupos velasquistas de finales de los 70s, y en otras corrientes de la nueva izquierda de esa época. A diferencia de SL, que se adhería al maoísmo, el discurso e ideología del MRTA lo ubicaban firmemente dentro de la tradición de las guerrillas izquierdistas latinoamericanas – el Che Guevara y la Revolución Cubana, los Sandinistas en Nicaragua, el FMLN en El Salvador, los Tupamaros en Uruguay, etc., etc., etc. Pertenecía a una época en la cual amplios sectores de la izquierda latinoamericana creían que para acabar con la desigualdad y crear una sociedad socialista había que hacer una revolución, y que esta usualmente iba a incluir algún tipo de lucha armada. Uno puede estar de acuerdo o no con estos postulados (yo personalmente no creo en la estrategia de la guerrilla), pero hay que saber reconocerlos por lo que son.

El MRTA se diferencia de Sendero también porque no compartía el culto a la personalidad ni, en general, la prédica intolerante y totalitaria de este último, y porque usualmente no aplicaba la violencia masiva contra campesinos y poblaciones civiles como hacía Sendero (por ejemplo en Lucanamarca o Tarata) o, innegablemente, el estado peruano en su práctica contrasubversiva (por ejemplo en Putis o Soccos). Sendero siempre consideró al MRTA como un enemigo, y, con el correr de los años, el MRTA pasó de una posición crítica pero algo indecisa frente a SL, a considerarlo como un enemigo irreconciliable también. Militantes de los dos grupos se enfrentaron con las armas en varias ocasiones, causando bajas en ambos.

En sus primeros años (su lucha armada empieza en 1984, 4 años después de la de SL), el MRTA se dedicó a acciones propagandísticas para tratar de obtener la adhesión de los sectores populares y de la izquierda legal, a quienes ellos veían como aliados naturales. Luego pasaron a desarrollar frentes en el oriente peruano y tomar pueblos y comisarías. Le ofrecieron una tregua de un año al primer gobierno de Álan García. En 1987 inician su práctica de secuestrar a grandes empresarios como una manera de recaudar fondos y atacar a la burguesía. Con los años se caracterizan por enfrentamientos con la policía y el ejército más que con poblaciones civiles – enfrentamientos en los cuales mueren efectivos y emerretistas – y por algunos asesinatos selectivos, como el del general López Albújar en 1990. Finalmente en 1996, como todos sabemos, un comando emerretista tomó la residencia del embajador del Japón, con cientos de rehenes – parte de un esquema para obligar al gobierno de Fujimori a negociar una salida al conflicto. La mayor parte de los rehenes fueron liberados en los días siguientes, quedando 72 rehenes. Unos meses después, una operación militar acabó con la ocupación, perdiendo la vida en el asalto 2 efectivos y 1 rehén, seguido por la ejecución sumaria de todo el comando emerretista.

No idealizo al MRTA ni lo justifico. Su decisión de emprender la lucha armada a principios de los 80s me parece equivocada, dado que había una opción democrática y que además era de prever que el pueblo iba a terminar confundiéndolos con el sanguinario Sendero Luminoso. Y como dije anteriormente no creo en la guerra de guerrillas. Lo que es más, muchos actos individuales del MRTA me parecen absolutamente repugnantes, como el asesinato del líder Asháninka Alejandro Calderón (una infantil venganza por su colaboración con el ejército cuando adolescente 20 años antes) o la ejecución sumaria de ocho homosexuales y travestis en Tarapoto el 31 de mayo de 1989 (mezcla de homofobia peruana con la violencia y dureza de una guerrilla). Si bien el accionar del MRTA en promedio no llegó a los niveles de brutalidad y crueldad a los que si llegaron Sendero Luminoso y el Estado peruano (lo siento, señores, no han podido esconder las pruebas), hubieron muchos de estos actos totalmente condenables.

La realidad es que de acuerdo al Informe Final de la Comisión de la Verdad, el MRTA fue responsable por el 1.5% de las muertes durante la violencia política de los 80s y 90s (ver parte final, Conclusiones - sección II B). Esto se compara con el 54% de fatalidades atribuibles directamente a Sendero Luminoso y el restante que fueron víctimas de las fuerzas del estado en su lucha contrasubversiva. Aquellos que piensan que no hay diferencia entre 1.5% y 54%, bueno, díganselo a las víctimas que dicha diferencia numérica representa. En general, el Informe Final de la CVR ofrece una historia bastante detallada del MRTA. Estamos hablando de uno de los períodos más estudiados de nuestra historia, no de algo desconocido sobre lo cual podemos inventar cualquier cosa.

(Este es el momento en que muchos dicen, “Claro, la CVR. La Comisión de la Media Verdad. La Comisión de la Mentira. Los que están del lado de los terroristas.” Es obvio que los que dicen estas cosas no han leído el Informe Final. La CVR condujo un trabajo de investigación muy serio como lo hicieron similares Comisiones de la Verdad en otros países con pasados de conflicto armado o dictadura: Guatemala, Argentina, Sudáfrica, etc. Este trabajo es respetado a nivel internacional. Por supuesto que nadie es poseedor único de la verdad y ningún texto es realmente “final” ni libre de errores. Pero no es tan difícil distinguir una investigación seria y objetiva de una que no lo es. El Informe Final no es pro-terrorista por ningún lado que se le vea. Pero hay una solución muy fácil a toda la controversia en torno a la CVR. Que los que la atacan creen otra comisión, que investigue con la misma profundidad y los mismos estándares de rigor histórico que la primera, y que logre sustentar con evidencia real lo que ellos alegan es la verdadera historia, para así corregir las “distorsiones” de la CVR. Dinero no les falta para dicho proyecto; después de todo, los que denuncian a la CVR y sus conclusiones son los que controlan el gobierno actual o son cercanos a él; la CONFIEP sin duda estará feliz de apoyar también. Hasta que no estén dispuestos a hacer eso, mejor quédense callados, o por lo menos lean aunque sea una partecita del Informe Final antes de decirles “mentirosos”).

¿Cómo es que podemos sostener por un lado que el MRTA tenía una estrategia equivocada y que cometió actos de intolerancia y violencia – como muchos movimientos en distintos países - y, por otro lado, afirmar que era una organización fundamentalmente distinta de Sendero Luminoso y que no llegó a los niveles de violencia de este último? Pues así es la vida de complicada, lo siento, no la inventé yo. Acéptenlo. Podemos escondernos en lo fácil y en el cliché, o podemos reconocer que la vida es compleja y llena de matices. El cliché y el facilismo pueden ser muy bonitos cuando se trata de acusar a otros o de participar en una caza de brujas, pero no son tan agradables el día que a nosotros mismos o a alguien cercano nos toca ser sus víctimas.

Si me he detenido un poco en la historia del MRTA es porque esta es la organización con la que Lori Berenson tuvo algún contacto en 1995, creyendo apoyar a un movimiento socialista. Sin duda hizo mal, y talvez haya merecido algún tiempo en prisión, en su momento. Ese es un tema aparte que se puede debatir. Pero nunca mató a nadie ni utilizó la violencia ni dio órdenes para tal efecto. Nunca fue dirigenta del MRTA. Y su historia no tiene absolutamente nada que ver con la de Sendero Luminoso – asi que Sr. Mekler y demás congresistas, piensen un poco antes de decir semejante necedad como que Berenson “quiso matarnos” en Miraflores (palabras de Mekler), refiriéndose al atentado senderista de Tarata. Lori Berenson ya ha pasado casi 15 años en prisión; ¿hasta cuando la quieren tener? Y, una vez que ella ya no sirva, ¿a quién van a agarrar como chivo expiatorio, como objeto de nuestro odio colectivo?

Sr. Mekler y demás, quizás ustedes tienen razón. Mejor hundámonos nomás en la bruma, digamos cualquier cosa, inventemos cualquier cosa, participemos alegremente en cuanta caza de brujas se nos presente, repitamos todos los clichés. Dejemos que los medios de prensa embrutecedores nos laven el cerebro. Al paso que vamos, pronto ya no sabremos ni tocar la punta de nuestras narices con el dedo índice. Y saber hacerlo será considerado apología del terrorismo. Pero no importa cuántas habilidades perdamos; todos los problemas del país se habrán solucionado, pues Lori Berenson estará en la cárcel.

4 comentarios:

http://ciudadliteraria.blogspot.com dijo...

Totalmente de acuerdo!!
Es una vergüenza que algún sector de la prensa sensacionalista actúe de esta manera y genere tanta controversia; vergonzosa el modo de actuar de nustra justicia y ni qué decir de estos señores congresistas y ministros (si se les puede llamar señores).

Es una pena observar estos signos de prácticas antidemocráticas: sin tolerancia, sin libertad, sin justicia verdadera; este tipo de siscursos solo genera más resentimiento, odio y brechas entre los diferentes sectores sociales de nuestro país.

Felicitaciones por el artículo.
Permítaseme una sugerencia: es incorrecta, agramatical la pluralización 80s, 90s... o la forma los '80, por poner un caso.
Hay solo tres formas de pluralizar en la lengua castellana; a saber:

1. morfológicamente: se agrega los morfemas /-s/ o /-es/, según el caso: los sofás, los cafés, los ñandúes, los récords; etc.

2. sintácticamente: para aquellas palabras graves o esdrújulas que terminan en -s, -x y -t; en este caso se debe pluralizar con el artículo: los lunes, los tórax, los ómnibus, etc.

3. en el caso de las siglas y el caso en el que Ud. incurre en falta, la pluralisación es sintáctica: las ONG (no las ONGs, esto es una aberración lingüística), las AFP;etc.

4. Hay algunos casos de pluralización de siglas como esta: las CC.SS, las CC.NN, las FF.AA, los SS.HH

EN CONCLUSIÓN DEBE PLURALIZARSE ASÍ: "en los 7o emergió el grupo Hora Zero; entre los 80 y los 90, en cambio, no hubo ninguna representatividad destacable"

RECOMIENTO CONSULTAR el "Diccionario panhispánico de dudas" de la RAE: http://buscon.rae.es/dpdI/SrvltConsulta?lema=plural

Federico Helfgott dijo...

Muchas gracias por su comentario y por la corrección gramatical! Puedo decir que he aprendido algo nuevo el día de hoy.

Anónimo dijo...

Que forma tan elegante y educada de hacer ver un error gramatical y de aceptarlo. Eso dice mucho de la clase que tienen ambos y es un ejemplo de la manera bonita y civilizada en que la humanidad se podria comunicar pero que no lo hace. Quedan muy pocos con don de gente, pero quedan.

Anónimo dijo...

Estimado Federico. Estoy intentado comunicarme con usted, pero su correo electrónico no aparece.Me gustaría invitarlo a participar de un proyecto editorial sobre Pierre Clastres, he leído su artículo y me pareció muy pertinente. Le agradecería si me responde a jmsilvero@intersophia.org. Soy José Manuel Silvero. Investigador de la Universidad Nacional de Asunción-Paraguay. Estaré atento, muchas gracias.